Pablo Diestro, candidato a liderar el PRC: “No somos de izquierdas ni de derechas, somos de lo mejor para Cantabria”

La sucesión de Miguel Ángel Revilla al frente del PRC despertó las expectativas de una terna de candidatos a la que se unió, por sorpresa, el nombre de Pablo Diestro (Villapresente, 1982), ingeniero de Caminos y alcalde de Reocín desde 2015. Unas horas después de que Paula Fernández -con quien se enfrentará en primarias- diese un paso adelante, anunció su candidatura para convertirse en el cartel electoral del Partido Regionalista de Cantabria en 2027.
Ahora ha cerrado la puerta a negociar una candidatura única de consenso para que la militancia decida quién va a ser el futuro líder. Diestro considera que en los últimos años el PRC “se ha acercado demasiado al Partido Socialista” y que fue un error no presentarse a las últimas elecciones generales. El exdiputado y expresidente de la Federación de Municipios de Cantabria se presenta como la renovación y el cambio “que pidieron los cántabros en las últimas elecciones” para “cambiar la trayectoria”.
Hace poco decía que “no es hora de los sillones, sino de la unión”. Pero ahora es partidario de que la militancia elija al futuro candidato electoral del PRC, pese a todas las apelaciones al consenso que se han hecho para que hubiese un candidato único. ¿Qué ha cambiado?
Soy partidario de la unidad, pero una vez que pase este proceso, que nosotros mismos hemos aprobado, en el que teníamos unos hitos. La etapa de negociación previa a los avales no llegó a ningún efecto, y en este segunda fase lo que nos hemos marcado es que los afiliados opinen y decidan quién es el futuro líder de la militancia regionalista.
¿Representa a un grupo de alcaldes? ¿Quiénes apoyan su candidatura?
Represento a un espectro muy amplio. A una parte importante del municipalismo, a nivel de ayuntamientos y de juntas vecinales y personas de las bases del partido. También hay un sector importante de gente mayor del partido, con los que siempre he tenido buena sintonía, que me han transmitido la ilusión que les hace esta candidatura que es como un aire fresco, cambiar la trayectoria de los últimos años de las mismas personas y que consideran que puede ser una buena oportunidad para que resurja el PRC.
¿Va a hablar con los otros dos aspirantes excluidos, Guillermo Blanco y Javier López Estrada, para tratar de sumarles a su candidatura?
Por supuesto, igual que vamos a intentar hablar con todos los secretarios generales de todos los municipios, ellos dos son personas muy importantes que representan sensibilidades del partido que apoyan muchos militantes. El proceso ha sido quizá algo injusto. Cuando se aprobó parecía que iba a ser diferente, pero a la hora de la verdad que ellos dos no hayan podido continuar no refleja la realidad de la militancia, porque hay muchos afiliados que les apoyan y que consideran que podrían ser unos estupendos candidatos. Por supuesto que hay que hablar con ellos, ahora y, sobre todo, después. El líder que resulte elegido tiene que aunar todos estos sentimientos. Me gustaría que el partido estuviese integrado por gente joven, formada, que siempre ha estado en una segunda línea que ha aportado mucho al partido pero que nunca ha tenido una oportunidad de gobierno, muy preparada en todos los ámbitos. Lo bueno de este proceso es que, salga como salga, estoy conociendo gente y me estoy abriendo a muchos compañeros. Se me ofrece un montón de gente para ayudarme.

Ahora compite en unas primarias con la actual secretaria de Organización, Paula Fernández, con la que hasta hace pocas semanas tenían buena sintonía. ¿Por qué se rompió esa alianza y han seguido caminos separados?
Para mí es importante separar el aspecto personal del aspecto político. En este caso, en el personal sigue siendo el mismo, no hay ninguna diferencia. Pero sí es verdad que en el aspecto político representamos partes diferentes del partido. Mi candidatura representa la renovación y un cambio que pidieron los cántabros cuando en las elecciones el PRC redujo a la mitad los votos y la gente, las bases principalmente, pidieron cambio. El partido tiene que reaccionar a una situación así, y no es solo que Miguel Ángel Revilla lo deje. Es mucho más que eso. Tenemos que cambiar la estructura del partido, la forma de abordar los problemas, volver al origen, en el sentido de defender nuestras tradiciones, nuestra cultura, que la gente identifique al Partido Regionalista con Cantabria y que si soy cántabro, profundamente cántabro, mi primera opción política debería de ser el PRC porque no dependemos ni de unos ni de otros. Bajo mi punto de vista, en los últimos años nos hemos acercado demasiado al Partido Socialista, hemos estado demasiado cerca de ellos y creo que esa no es nuestra función. Nuestra función es estar cerca de los cántabros y de Cantabria.
Tenemos que cambiar la estructura del partido, la forma de abordar los problemas, volver al origen, en el sentido de defender nuestras tradiciones, nuestra cultura
Yo también llegué a un Ayuntamiento en el que todo era derecha o izquierda, no había PRC porque no existía una realidad del Partido Regionalista más que testimonial. Hoy la gente lo tiene muy claro: a mí me vota gente de derechas y de izquierdas que luego tienen otras ideas a nivel autonómico o nacional, pero saben que para el municipio lo que les interesa y lo que mejor les conviene es el PRC y ese sentimiento es el que quiero transmitir. Pero también tenemos que hacer un trabajo a nivel nacional y seguir presentándonos para conseguir diputados en el Congreso. Fue un error no presentarnos en las últimas elecciones generales porque dejamos a mucha gente huérfana. Aunque hubiésemos perdido, hay que intentarlo. Se han tomado decisiones en el partido que han hecho que perdamos bastante identidad. La candidatura de Paula es más el continuismo, ella ha estado de consejera y en otros cargos donde ha tenido mucha influencia en hacia dónde ha ido el partido, y entiendo que esa es su línea de hacer las cosas. Y esa línea hay que modificarla, no cambiarlo todo, pero sí modificarla.
¿La bicefalia por la que ha optado el PRC es la mejor fórmula para el partido o va a resultar incómodo y restar capacidad de decisión al futuro candidato mientras Revilla siga al frente como secretario general?
Es una situación sobrevenida en el sentido de que por primera vez en la historia Miguel Ángel ha renunciado a ser candidato. Eso supone que esa plaza queda vacante y en base a nuestros estatutos hemos hecho este proceso. El liderazgo actual es un líder con una Ejecutiva a la que presenta una lista que hace el mismo candidato. Nosotros abogamos más por abrir el partido. En relación a la bicefalia tiene que haber sintonía entre las dos cabezas. La idea es que haya secretario general y candidato. Que el candidato sea vicesecretario general y que el secretario general también forme parte de la lista de diputados. Ese es el modelo que barajamos y, por supuesto, tiene que haber mucha sintonía entre las dos partes.

¿Hay esa sintonía entre Revilla y usted?
Tengo buena sintonía con Miguel Ángel, pero tenemos que entender que es una etapa de transición hasta el año que viene, cuando ya vamos a elegir al secretario general para los próximos cuatro años. Y todos hemos estado de acuerdo en que Revilla se mantenga este año y medio que queda, porque entendíamos que lo procedente era hacer esa renovación en nuestro congreso ordinario. No tiene por qué haber problemas. Va a depender de la altura política de las dos figuras y de que cada uno sepa dónde tiene que estar.
Antes aludía a que usted en Reocín, en lo municipal, lo vota gente de derechas y de izquierdas. Aunque el PRC presume de no tener ideología, a nivel autonómico surgen cuestiones en las que hay que posicionarse. ¿Qué opinión tiene sobre la Ley de Memoria Histórica?
Respecto a la memoria histórica entiendo la postura del PSOE porque es muy necesario recuperar y conocer dónde están los familiares de muchas personas. Aunque la historia hay que conocerla para no repetirla, me parece lógico eliminar los símbolos franquistas de las calles, que no lleven el nombre de personas vinculadas a la dictadura. Pero que tratemos esto con normalidad, porque la Ley de Memoria Histórica no puede ser el centro del debate de Cantabria y de España.
Otra polémica actual es el reparto entre comunidades de los menores no acompañados que llegan a España. El Gobierno de Cantabria no está de acuerdo con el cupo. ¿Cómo valora esta cuestión y cuál sería su planteamiento al respecto?
No es solo traerles, hay que tener un proyecto para ellos. En Reocín tuvimos una casa de acogida y conozco el asunto. Lo veo bien, son menores no acompañados y tienen que estar tutelados por el Estado. Pero no se trata de que estén en una casa y se les de una manutención, una pequeña cantidad de dinero, pero luego cuando cumplan 18 años nos olvidemos de ellos. Eso genera muchos conflictos porque no hay un proyecto de reinserción en la sociedad. Respecto a los cupos, hay que tratar a todas las comunidades por igual, proporcionalmente, y un aspecto importante es la población.
Soy partidario, como ha defendido siempre el Partido Regionalista, de acercar los médicos a la gente, no la gente a los médicos
En relación a la sanidad, la izquierda apuesta por fortalecer la sanidad pública pero la derecha se inclina más por la colaboración público-privada. ¿Qué modelo debe defender el PRC?
Tienen que coexistir los dos sistemas. Es un claro ejemplo de gestión. Creo que la sanidad en Cantabria es buena y que los cántabros estamos acostumbrados a un nivel de excelencia en la sanidad que es envidiable en el resto de España. La sanidad siempre es un caballo de batalla: cuando estás gobernando haces lo que puedes y cuando estás en la oposición todo va muy mal. En relación a los médicos, habrá que hacer incentivos para hacer atractivos ciertos destinos de difícil ocupación, por ejemplo. Pero sí soy partidario, como ha defendido siempre el Partido Regionalista, de acercar los médicos a la gente, no la gente a los médicos como se barajó el pasado verano al trasladar a los vecinos en autobuses o taxis. Los médicos tienen que estar donde está la gente, por poca que sea. Pero es nuestra prioridad y hay que atenderla.
Al principio de la legislatura, tras la derrota electoral del PRC, se mostró partidario de llegar a un acuerdo con el PP para formar Gobierno. Sin embargo, Revilla optó por hacer presidenta a Buruaga sin entrar en el Ejecutivo. ¿Fue una decisión acertada?
Creo que no. Lo dije en su momento y tuve críticas dentro de mi propio partido. Teníamos que haber explorado esa posibilidad. No digo que la solución fuera a la misma que hemos llegado, pero que el Partido Regionalista sí debió negociar con el Partido Popular un Gobierno de coalición, porque nosotros no somos de izquierdas ni de derechas, somos de lo mejor para Cantabria y los cántabros. En esta situación de mayoría importante del PP, el PRC hubiese servido de contrapeso en ese Gobierno, y estar dentro no es lo mismo que estar fuera, como estamos viendo. No estamos dentro del Gobierno pero hemos aprobado la investidura de una presidenta y dos presupuestos de Cantabria.

¿No resulta incómoda la postura ambigua del PRC como aliado del Gobierno y a la vez oposición en el Parlamento?
Nuestro acuerdo solo es de gobierno y de compromiso de ciertas inversiones y demandas que ha hecho el grupo parlamentario regionalista. No se sabe cómo hubiese terminado esa negociación, pero sí soy partidario de los gobiernos estables, y si se puede hacer una coalición, es mejor. También hay que tener en cuenta que no es lo mismo estar gobernando que estar en la oposición. En la pasada legislatura el PP decía que la sanidad era un desastre, el actual consejero era el portavoz de sanidad y de continuo atacaba al Gobierno. Yo pensaba que era un gurú de la sanidad porque todas las soluciones las tenía él. Ahora es consejero y la sanidad está bastante peor. Salía a dar lecciones de gestión de la sanidad cántabra y siendo consejero mantuve una reunión con él como presidente de la Federación de Municipios y no sabía lo que iba a hacer.
Cantabristas no es competencia, es un partido a día de hoy bastante minoritario y demasiado de izquierdas
En el tema de la protección del territorio y el urbanismo el PRC ya hizo algunas concesiones con una ley del Suelo permisiva que ahora ha liberalizado mucho más el Gobierno de Buruaga. Pero han surgido protestas lideradas por otro partido, Cantabristas. ¿Supone una competencia directa para el PRC?
Cantabristas no es competencia, es un partido a día de hoy bastante minoritario y demasiado de izquierdas. Está muy posicionado a la izquierda y nosotros no estamos ahí. Entiendo sus reivindicaciones, pero no tiene nada que ver con el partido Regionalista. Nosotros somos un partido de gobierno y como tal tenemos que tener una altura política mucho mayor. No podemos, ni debemos, ni es nuestro espíritu, el ser radicales en ningún aspecto.
Respecto al tema del suelo, tampoco se ha aprobado una liberalización absoluta, todo va a llevar sus tramitaciones y sus informes y no se va a poder hacer lo que de la gana donde de la gana. Estoy de acuerdo con la modificación del Partido Popular para construir vivienda en suelo rústico. Cuando estuve de presidente de la Federación de Municipios de Cantabria tuvimos que pelear mucho para intentar suavizar la ley lo que pudimos. De la original a la que se aprobó en el Parlamento hubo una modificación muy importante. Trabajamos muy duro, unidos, todos los alcaldes, y conseguimos rebajarla bastante. Hicimos ver al Gobierno, que era de mi partido, que no había ningún riesgo de masificar Cantabria, que ha crecido siempre con 'casucas' en los pueblos. A toda la gente que tiene terrenos les gusta que sus hijos se puedan hacer una casa en el pueblo. Ahora hay una ley razonable y no está generando ningún problema.
En todo caso, uno de los problemas que tenemos en Cantabria es la tramitación urbanística. Necesita demasiados informes de demasiados funcionarios. Estoy de acuerdo con la Ley de Simplificación Administrativa que ha aprobado el Parlamento, pero creo que tiene que ser mucho más ambiciosa. Quizá mis compañeros diputados son más conservacionistas. Yo, en este sentido, no. Porque creo que tenemos que ir por delante en el suelo, dar mucha agilidad a las empresas para que se instalen. ¿Por qué una empresa tiene que pasar tantos trámites para instalarse en un polígono industrial? Entiendo que un suelo rústico para convertirlo en industrial tiene que pasar un proceso, que tampoco tiene que ser de cuatro o cinco años. Por el medio hay mucho papel. Tenemos que ser ágiles. Si se puede, bien, y si no, se busca otro sitio.

El turismo ha sido una de las reivindicaciones regionalistas fundamentales para Cantabria. Sin embargo, empieza a hablarse de saturación, limitación de los pisos turísticos y problemas derivados del exceso de visitantes. ¿Hay que poner freno?
No. El turismo es un activo muy importante de Cantabria. No todo es turismo, la industria mueve mucho todavía, pero es importante y hay que seguir potenciándole. Está creciendo mucho en Cantabria porque el cambio climático nos está beneficiando. El problema de los pisos turísticos no son los propios turistas, sino que está generando una especie de burbuja inmobiliaria. Es un problema en toda España por las ocupaciones, por lo que cuesta echar a un inquilino que no está cumpliendo con los contratos acordados. Entonces la gente, en lugar de tener un piso cerrado, pone una vivienda turística y obtiene una rentabilidad. Por eso mucha gente decide comprarse una segunda o tercera vivienda y ponerla en régimen de alquiler turístico, porque es rentable. Eso incrementa los precios de forma terrible. En el propio Reocín es díficil encontrar un piso por menos de 600 o 700 euros al mes de alquiler. Hay que regularlo, hacer inspecciones y sancionar. Evitar la ilegalidad.
¿Es partidario de limitar el precio de los alquileres en zonas tensionadas?
Yo no. Creo en el libre mercado. En cualquier caso, tiene que funcionar el modelo de la compra de vivienda que ayuntamientos, entidades bancarias -que cuando ha habido problemas les hemos rescatado- e instituciones faciliten la adquisición porque una hipoteca incluso puede resultar más barata que un alquiler. Es muy difícil que una familia al tiempo que paga un alquiler ahorre para dar la entrada de una casa. Tiene que haber un coste total de la vivienda financiada, con un precio bajo porque el suelo lo ha cedido o financiado un ayuntamiento y durante unos años que el gobierno ayude directamente a la familia. Se debería trabajar sobre este modelo.
30