Uno de los movimientos que ya comenzó a generar controversia y tensiones dentro del gobierno federal de Estados Unidos, fue propiciado por Elon Musk, asesor clave del presidente Donald Trump, ya que pidió a los empleados federales que justifiquen sus logros laborales recientes bajo la amenaza de ser despedidos.
Esta directiva, respaldada públicamente por el mandatario estadounidense, ya provocó una ola de reacciones que incluyó una demanda colectiva por parte del Buró Federal de Investigación (FBI por sus siglas en inglés), a quienes se agregaron instituciones como el Departamento de Estado, Seguridad Nacional y el Pentágono.
Durante las primeras horas del lunes, varios abogados que representan a sindicatos, empresas, veteranos y organizaciones ambientalistas presentaron su caso actualizado en un tribunal federal de California, bajo el argumento de que viola la ley. La querella, impulsada por el Fondo de Defensores de la Democracia Estatal, calificó la amenaza de despidos masivos como “uno de los fraudes laborales más grandes en la historia del país”.
Incertidumbre en el aire
La Oficina de Administración de Personal (OPM, por sus siglas en inglés) envió un correo electrónico a los empleados federales con la solicitud de que detallen cinco logros de la semana anterior antes de las 11:59 p.m. del lunes, pero el mensaje no mencionaba la posibilidad de despidos por incumplimiento, lo que generó confusión entre los trabajadores.
En el Departamento de Justicia, por ejemplo, se instruyó a los empleados a no responder debido a la naturaleza confidencial y sensible de su trabajo, mientras que en el Departamento de Educación y el de Salud y Servicios Humanos (HHS), liderado por Robert F. Kennedy Jr., inicialmente pidieron a sus empleados que cumplieran con la solicitud, aunque luego cambiaron de opinión.
Impacto en los trabajadores
La medida recibió fuertes críticas por parte de legisladores demócratas y republicanos, quienes argumentan que la orden de Musk podría ser ilegal. Además, el pedido genera incertidumbre y estrés entre los empleados federales, muchos de los cuales ya enfrentan despidos o recortes en sus agencias.
Sean Keveney, consejero general interino del HHS, expresó su frustración en un correo electrónico interno, donde calificó la solicitud como “personalmente insultante” después de haber trabajado más de 70 horas la semana anterior. También destacó preocupaciones de seguridad y la posible violación del privilegio abogado-cliente en algunos casos.
Defensa de Trump
Previamente, durante una reunión en el Despacho Oval con el presidente francés Emmanuel Macron, Donald Trump defendió la medida de Musk, a la cual consideró una forma de asegurar que los empleados federales cumplan realmente con su trabajo. “Lo que él está haciendo es preguntar: ‘¿Estás trabajando realmente?’ Y si no respondes, es como si estuvieras semi-despedido o despedido, porque mucha gente no responde porque ni siquiera existe”.
El mandatario también mencionó que el Departamento de Eficiencia Gubernamental, liderado por Musk, identificó “cientos de miles de millones de dólares en fraudes”, al sugerir que los cheques de pago podrían ser para empleados inexistentes. Sin embargo, no presentó evidencia concreta para respaldar estas afirmaciones.
Actualmente, miles de empleados federales ya fueron despedidos o aceptaron las famosas ofertas de “renuncia diferida” durante el primer mes del segundo mandato de Trump. Aunque no hay cifras oficiales, se estima que cientos de miles de trabajadores fueron afectados, muchos de ellos fuera de Washington.
Musk, por su parte, considera que su solicitud es un “chequeo básico” para asegurar que los empleados federales cumplan con sus responsabilidades, pero la falta de evidencia concreta sobre los supuestos fraudes tiene a muchos cuestionando la validez de sus afirmaciones.